Escuchar antes de hablar

En toda discusión, antes de hablar, hay que escuchar, antes de llegar con preconceptos y prejuicios, hay que conocer las ideas y posturas…

Escuchar antes de hablar

En toda discusión, antes de hablar, hay que escuchar, antes de llegar con preconceptos y prejuicios, hay que conocer las ideas y posturas de otras personas, yo mismo había cometido ese error de repetir como perico ciertas narrativas al no conocer la famosa “otra cara de la moneda”.

Ya hay varias generaciones en este país que no conocieron en carne propia la realidad del conflicto armado interno, lo único que conocen son las narrativas del mismo, las cuales casi siempre vienen con el respectivo sesgo de quienes las narran, es por eso que es imperativo conocer todas las posturas antes de formar cualquier juicio y emitir cualquier criterio.

Sin embargo, hay algo más importante que puede servirnos como indicador de una realidad, los hechos. Cualquiera que se tome el tiempo para investigar sabrá bien que en Guatemala se firmó la paz, supuestamente, “firme y duradera”, sin embargo en los hechos podemos ver que mientras que “un bando” dejó el pasado en el pasado, otro se dedicó a litigar y literalmente crear casos en contra del ejército, sólo ha existido un caso en contra de un guerrillero (Masacre del Aguacate) mientras que son cientos de casos en contra de militares, como suelo decir, no me crean, investiguen, hagan los números.

Si se toma el tiempo de investigar, de conversar con personas de “ambos bandos” (que lo pongo muy entre comillas porque el mundo es más complejo de lo que aparenta) verán que lo que aconteció en este país fue algo nefasto, triste y repudiable, como cualquier otro conflicto armado, como cualquier otra guerra, una guerra entre hermanos, entre los mismos guatemaltecos, entre dos bandos que tenían tanto gente con buenas intenciones así como gente no con las mejores intenciones, en “ambos bandos”, también en “ambos bandos” el ideal era una mejor Guatemala, la diferencia era el planteamiento de las soluciones de cada bando, y como suele suceder con todo, eventualmente degeneró en negocio, para “ambos bandos”, y sé que lo que diré a continuación no será cómodo para ninguno de los “bandos”, pero quédese un segundo conmigo y trate de negar las siguientes realidades:

-El conflicto armado fue un negocio para los frentes de izquierda, para ciertos de los líderes de los movimientos, para los que extorsionaron a cuanto finquero pudieron, par los que robaron a manos llenas, para los que recibieron ayuda internacional, etc…

…Pero…

-El conflicto armado también fue negocio para ciertos líderes militares quienes justificaron presupuesto y acciones desmedidas.

Ahora bien… a punto de culminar la segunda década del nuevo siglo 21, en la era en la información, la tecnología, el desarrollo de cuanto invento innovador… ¿Vale la pena seguir en el conflicto? ¿Vale la pena seguir en la pelea entre hermanos?

¿Por qué perder el tiempo en ello? ¿Por qué seguir abriendo las heridas del pasado? ¿Acaso no hubo una amnistía para ambos bandos?

Y la pregunta más importante…

¿Quién lucra de mantener las heridas abiertas? Porque por nombrar un ejemplo, la familia del actual procurador de los DDHH, Jordán Rodas, recibió en total ocho millones de dólares del estado en resarcimientos, así es, 8 millones de dólares norte americanos, lo que vendrían siendo aproximadamente Q58,400,000 en moneda local. Para que se haga una idea, si ud. gastara Q500 diarios, se demoraría nada más y nada menos que 320 años en gastarse esa cantidad. ¿No le parece excesivo? Y eso que no estamos tomando en cuenta las costas judiciales que cobró la fundación Myrna Mack ni el dinero que la comunidad internacional da a esta fundación para seguir demandando al estado siempre en temas del conflicto armado interno.

Yo he conocido a personas de “ambos bandos”, por no decir de todos los bandos, yo escucho, y también presto especial atención a los hechos, a las acciones, y en esta ocasión me toca morderme la lengua y decir que observo a personas más humanas e interesadas en la reconciliación y el futuro en “el bando” militar que en el “bando” de izquierda, encuentro a personas que sí tienen un concepto de honor en el bando militar que en el de izquierda, es más, me atrevo a decir que el bando de “izquierda” lo menos que representa es a los ideales de izquierda, en sus discursos hablan de la paz, pero en sus acciones sólo veo provocaciones a otro conflicto armado, una sed de sangre, poder y dinero insaciables. ¿Es eso lo que queremos para Guatemala?

Insisto, vean ustedes mismos, intenten salir de los preconceptos, de los prejuicios, de los estigmas implantados por medios de comunicación, por el adoctrinamiento, por narrativas falsas en libros, medios y demás, hagan el ejercicio de escuchar todas las posturas posibles, y verán que hay un frente que tiene más interés por sanar las heridas y entrar en un legítimo proceso conciliación, en construir país, y ese frente lamentablemente no está siendo representado ni de chiste por la pseudo izquierda del país, los que supuestamente hablan de querer la paz.

Yo no le voy a ningún bando, no represento a ningún bando, el día de hoy llegué al congreso a conocer lo que iban a hablar y proponer, y aunque venga Nómada (fundado por Soros) y Plaza Pública a pintarlo de otro color, yo estuve ahí y pude escuchar las distintas narrativas, por décadas he escuchado las de izquierda, hoy fui a escuchar otras y me parece que lo que proponen, hace sentido, en un país donde los resarcimientos reducen fuertemente los presupuestos de ministerios enteros, de educación, de salud, de seguridad, en un país con tantísimas carencias y necesidades, es ridículo y poco productivo seguir en un discurso de confrontación, pero esa es mi impresión, ese es mi criterio, lo invito entonces mi estimado lector a que deje la comodidad por un segundo y escuche otras narrativas, otras posturas y así forme su propio criterio, yo le voy a la conciliación ¿Y usted?