Términos ambiguos y opacos

En el mundo se puede agrupar fácilmente a las personas que ven el mundo de forma subjetiva y los que lo ven de forma objetiva, los que…

Términos ambiguos y opacos

En el mundo se puede agrupar fácilmente a las personas que ven el mundo de forma subjetiva y los que lo ven de forma objetiva, los que priorizan más los sentimientos y emociones y los que les interesa más los hechos por duros que sean, los que hacen el trabajo difícil y los que dan palabras de aliento, de hecho, muchas personas tienen momentos y etapas en las que se dejan llevar por subjetividades y otros en los que analizan de forma objetiva, ambas formas son necesarias, pero ambas deben usarse en el momento justo.

Si vamos a discutir cosas como nuestra percepción del mundo, nuestros sentimientos, nuestra apreciación del arte, la música, la pintura, etc. se vale ser totalmente subjetivo, cualquier discusión subjetiva se trata sólo de compartir criterios puesto que ninguno tendrá la razón ya que no existe la razón pura ahí, sólo subjetividad, pero, si discutimos algo de forma objetiva, las famosas ciencias duras y frías, ahí es otra historia, la matemática, la química, la programación, aún la historia en base a hechos debidamente registrados.

Como alguien que viene de la escuela del desarrollo, un mundo en el cual se crean instrucciones que son interpretadas por una computadora y donde no hay cabida a subjetividades, un mundo donde cualquier ambigüedad da como resultado un error en la ejecución de alguna rutina que puede causar un colapso general en una aplicación, ahí toca pensar más de dos veces cualquier solución y a cada día toca hacer enmiendas y mejoras, de ahí la razón de que existan tantas actualizaciones.

La programación es muy similar al derecho, es más, una rutina sencilla se parece demasiado a un contrato, ya que al inicio de ambas se declaran variables y constantes, “Juan Pérez, de ahora en adelante, él comprador”, “John Smith, de ahora en adelante, la empresa”, y luego se detalla la rutina que se llevará acabo con las condiciones que determinarán el fin de la ejecución de esta, o las condiciones que anulan un contrato.

Así como en la programación, los contratos deben ser lo más claros y objetivos posibles, cualquier cosa subjetiva, cualquier ambigüedad u omisión será un agujero legal del cual se abusará por cualquiera de las partes, regularmente por quien tenga mayor poder o privilegio en cualquiera de sus formas, es por ello que en los contratos al igual que en la programación, es primordial pensar en todos los escenarios y posibilidades previo a firmarlo, y no sólo los contratos, también las condiciones de uso de las redes sociales y aplicaciones.

La ruta equivocada

En el cambio generacional que estamos viviendo, estamos tomando la ruta equivocada, la sociedad a nivel mundial está dejando de ser objetiva en áreas en las que se debe ser extremadamente objetivos, principalmente en el área legal.

Es imposible crear leyes y decretos sin discutirlos de forma objetiva, aún así la discusión deba hacerse contemplando las cosas más incómodas y crudas y utilizando los términos menos cómodos o políticamente correctos, el caso del diputado guatemalteco Fernando Linares Beltranena que está siendo perseguido por emitir su opinión en relación a una ley de discapacitados que pretende asignar un 5% de los puestos públicos a personas discapacitadas, una ley que si se analiza de forma subjetiva suena loable, pero cuando se analiza desde una perspectiva objetiva, es nefasta ya que nunca contempló que se requeriría del despido de más del 5% de los empleos públicos actuales para dar cabida a estas nuevas plazas, tampoco la discriminación de personas, el asesinato de la meritocracia y el futuro abuso de un privilegio asignado a un grupo de personas segregados por una arbitrariedad.

Sin embargo, al diputado guatemalteco, por emitir opinión al respecto, una opinión objetiva e informada y sobre todo muy puntual, está siendo perseguido por personas que viven en el mundo de la subjetividad y los sentimientos, los mismos que pretenden legislar desde esa perspectiva subjetiva, un peligro de grandes dimensiones para cualquier nación.

Un problema global

Y así como sucede en Guatemala, las redes sociales también están siendo subjetivas y arbitrarias en sus políticas de uso, crean reglas que supuestamente pretenden abordar problemas como el acoso, la discriminación, el “bullying” y demás, pero en sus descripciones de tales casos sus acciones son absurdamente ambiguas, dejando que las condiciones se presten a la interpretación de quien sea que administre cada caso.

Este tipo de reglamentos subjetivos son los que nos han dado situaciones como la demonetización de grandes creadores de contenido de YouTube que sin infringir el espíritu de una regla, son sancionados por decir una palabra que no debían usar, o el caso de Milo Yiannopoulos donde se le cerró su cuenta de Twitter por las opiniones de algunos de sus seguidores, mientras que a Leslie Jones se le trató con gran privilegio a pesar de que sus opiniones eran racistas y confrontativas al punto de poder catalogarse como “bullying”.

Yo a diario veo la arbitrariedad de cómo manejan los casos redes como Twitter y Facebook conmigo, si terceros sacan publicaciones señalándome falsamente de difamador sólo por compartir información de portales de transparencia, si publican información falsa de mi persona, mis denuncias NO son atendidas, aún estando yo con la razón en derecho tanto nacional como en base a las condiciones de uso de la red, pero, si yo publico algo con información de portales de transparencia, la red social me sanciona obligándome a remover el contenido y en ocasiones desactivando mi posibilidad de usar la red por algún tiempo, dejando claro que la red social toma partido en estas discusiones.

Lo subjetivo de la justicia

Es importante comprender que cada mente es un mundo, que el concepto de justicia es extremadamente subjetivo, cada país tiene un concepto de justicia diferente, hay países donde pedir la pena de muerte por adulterio o sólo por ser gay es considerado justicia, hay grupos “tribales” que consideran justo violar los acuerdos de derechos humanos internacionales para azotar a una persona que ellos consideran culpable de cualquier delito y sin ningún peritaje científico, ejecutan su sentencia. Es justamente por esas subjetividades en torno a la justicia que la humanidad terminó creando fue la república y el estado de derecho, un conjunto de normas que más que buscar la subjetiva “justicia” lo que buscan es una sociedad lo más funcional posible, sé que no es una receta perfecta, pero es la menos imperfecta de todas, siempre y cuando se ejecute de la forma correcta.

Para terminar

Cierro esta nota donde comparto muchísimas reflexiones expresando mi malestar con la situación actual, tanto con el manejo de la política nacional e internacional así como con las políticas y condiciones de uso de las redes sociales, si seguimos esta ruta, estamos condenados al fracaso, ojalá que más gente despierte y puedan tener la visión de ver la ruta que llevamos.