Mainstream

Twitter solía ser genial, porque se podía conocer a gente que no era famosa, no existían reglas estrictas y se podía opinar libremente…

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Twitter solía ser genial, porque se podía conocer a gente que no era famosa, no existían reglas estrictas y se podía opinar libremente, discutir cualquier tema por controversial que fuera, Twitter era una plataforma alternativa, al igual que YouTube, donde podíamos ver contenido que no estaba en la TV, ya fuera por la duración del contenido, o porque no era amigable con los estrictos “controles de calidad” y “curado” de la TV comercial, por un buen tiempo, Twitter y YouTube fueron canales alternativos.

Sin embargo, se convirtieron en el nuevo “mainstream media”, dejando a un lado al resto, evidente en el hecho de que ahora los noticieros publican lo que cualquier personaje dice en Twitter, los escándalos ahora nacen en un tweet o un vídeo de YouTube, y ahora, las reglas y políticas de estas plataformas son aún más estrictas que en la misma radio y TV tradicional.

Para muchos fue un insulto observar a figuras del “mainstream media” aparecer como “youtubers” en el YouTube Rewind, justamente por el hecho de que no son personas comunes y corrientes haciendo micos y pericos para producir un vídeo, son personas que cuentan con todo un equipo de producción detrás, y presupuesto, mucho presupuesto.

Es esa nueva “categoría” que ahora embisten estos medios, antes alternativos, es la que los ha obligado a tomar medidas orwellianas en contra de la fundación sobre la que crearon su imperio, los primeros usuarios que popularizaron el uso de sus plataformas, marginándolos y censurándolos.

Curiosamente, algo similar ocurre en el campo cultural, antes, la libertad de expresión era celebrada, por más hiriente que fuera, se celebraba que cada quien se expresara libremente, y aún con insultos y rabietas, que se expresara libremente se calificaba de “valentía”, pero ahora, la policía del lenguaje políticamente correcto está siempre vigilando a todos previniendo que cualquiera se atreva a pensar si quiera un poco diferente, cual agentes de la Gestapo no descansan un solo día con tal de atrapar a esas “nefastas personas” que no están de acuerdo con su ideología.

Antes era celebrado aquel que retaba al poder, pero en el cambio cultural reciente, lo que era “alternativo” tomó el lugar del poder tradicional, y ahora son quienes imponen a la fuerza sus dogmas, y a diferencia de su antecesor, son totalmente intolerantes con diferencias culturales e ideológicas, el que se atreva a expresar una postura disidente es un enemigo a muerte.

Yo siempre he denunciado con pruebas y hechos a aquellos que abusan del poder sin que los medios lo cubran, antes era la vieja política, ahora es la “nueva política”, los supuestos manifestantes que resultaron siendo un montón de garrapatas de la comunidad internacional y/o del mismo estado, a boca callada fraguando sus planes para arrebatar el poder a como de lugar.

Y me parece curioso que nadie más lo diga, si yo con una computadora e internet puedo verlos, me impresiona que cuanta agencia de inteligencia nacional y extranjera “no los vea”, ¿Por qué guardarán silencio? Haciendo introspectiva me doy cuenta que sigo estando en el mismo lugar de siempre, siendo un escéptico que analiza información y hechos, uno que los comparte y expone, curioso que antes fuera laureado por los mismos que ahora piden mi cabeza, los que pasaron de buscar igualdad a querer imponer sus ideas y forma de vida al resto.

Sigo impresionado de ver gente que solía decir que era de izquierda, esa que dice odiar la oligarquía, apoyando a Dionisio Gutierrez cuando sale abrazado de Thelma Aldana e Iván Velásquez Gómez, me impresiona observar aquellos que criticaron tantísimo a George Bush cuando realizó la guerra contra Iraq celebrarlo ahora, y pedir que Trump no saque sus tropas de oriente, ver al cineasta Michael Moore, el que denunciaba a los bancos y su incestuosa relación con Washington, pidiendo que votaran por Hillary Clinton, la misma Hillary que dijo que había que tener un discurso para Wall Street y otro para las masas, ¿Qué les pasó? ¿Quién les comió el cerebro? ¿O será que nunca tuvieron uno?

Al final de cuentas, en este cambio cultural, cambió el poder, y lamentablemente, si algo sigue sucediendo, es que el poder corrompe, no es que Twitter sea más benevolente con la izquierda, es que ahora es mainstream, y en la guerra cultural, ganó la izquierda, sin embargo, su victoria es corta, porque alrededor del mundo, la mayoría silente ya se está cansando de serlo, y las cosas están cambiando aceleradamente.

¿Iran estas plataformas a sobrevivir estos dramáticos cambios? Eso lo dirá el futuro, sin embargo, si no cambian sus políticas, estoy seguro que sucumbirán más temprano que tarde.