¿Unidad?

Decía cierto personaje político: “En la política los amigos son de mentira, y los enemigos son de verdad”, algo que siempre he sabido…

¿Unidad?

Decía cierto personaje político: “En la política los amigos son de mentira, y los enemigos son de verdad”, algo que siempre he sabido, tenido en cuenta y que hoy más que nunca, doy fe.

Verán, son muchas las personas que se han acercado a mí, personas que jamás nunca se hubieran acercado a mí de no ser por los espacios que por mis propios medios he ido consiguiendo, y llegan a mí diciendo cosas como “Usted Rodrigo es un héroe, un prócer de la independencia, un gran nacionalista” y cuando escucho eso, trato de disimular mucho mi sonrisa, porque en el aire detecto el interés detrás de la adulación, siempre he preferido los insultos, porque al menos, esos sí son honestos.

Comprendo la frustración que ahora expresan estas personas al no lograr de ninguna forma callar mis puntos de vista en relación a los candidatos presidenciales, que estemos de acuerdo en algunos puntos, no nos hace estar de acuerdo en todos, y si no pueden tolerar el sano y digno ejercicio democrático de criticar a nuestros posibles gobernantes junto a sus propuestas, entonces no tienen la madurez política y emocional de participar en política de ninguna forma, deberían ser al menos lo suficientemente honestos en darse cuenta que más dañan a su propuesta política con su participación y bajarse de esa plataforma, o cambiar de actitud, pero claro, eso es pedir mucho.

La parte que me da más risa es esa distorsionada perspectiva que tienen de mí, no soy nacionalista, soy un Guatemalteco, nací aquí, y es por la jurisdicción que tiene el congreso y el gobierno en general que me preocupan las decisiones legales y políticas de nuestros gobernantes, tuviera otra nacionalidad y viviera en otro país y no estaría en estas discusiones.

No soy de extrema derecha, según tests en línea y mi propia percepción, soy libertario de centro derecha, hace tres años no era así, la deleznable actitud de grupos de izquierda a mí persona me hizo entrar en introspectiva, estudiar con más rigor sus propuestas y cambiar de postura con base a lo investigado. Y si he criticado tan duramente el sesgo ideológico de la izquierda, sería tonto de mí si me fuera a guiar por el sesgo ideológico de la extrema derecha, por lo que siempre he luchado es por la verdad y los hechos exigiendo que las cosas se hagan pensando en la libertad individual y la realización personal.

Hoy en día, los que nunca me hubieran hablado, los que luego por mis logros propios me adularon, insisten en caer en los mismos argumentos que los grupúsculos de izquierda cayeron cuando los critiqué: “¿Quién le paga?”, “Es un pinche don nadie”, “No sabe de lo que habla”, etc. Críticas que me disfruto porque demuestra que no son ni más ni menos que lo que critican, lo que sí decepciona es ver a estos pequeños grupos que aplaudían que yo combatiera los #FakeNews y las bolas de Guatebolas con hechos, ponerse a fabricar y distribuir los mismos #FakeNews y Guatebolas en contra de sus contrincantes políticos y aún en mi contra, se ven mal y no se dan cuenta.

Todos quieren una Guatemala nueva y diferente, pero ¿De verdad creen que se logrará haciendo lo mismo? Ojalá reflexionaran y se dieran cuenta que no es así, pero no lo harán, y la razón es simple, no les interesa el país, les interesa sólo su nariz, su candidato, sus espacios y el hueso, por eso que apelan a falacias como “una derecha unida”, si buscaran la unidad no apelarían ni pelearían por un candidato, sino que harían como la izquierda, por un frente amplio, por candidatos que derrotarían a la izquierda restándoles espacios aunque no sean de extrema derecha ¿Sucede esto? Se lo dejo a su propio criterio.

Decía un amigo de izquierda, de esos que no me ataca, que la razón por la cual les logré dar tan duro es que no sabían leerme, y sucede lo mismo con un par de personas que decidieron arremeter en mi contra recientemente, verán, no necesito ni deseo participar como candidato político en estos momentos, no deseo tener un puesto público, no tengo interés de ningún contrato con el estado, menos ando buscando venderles cualquier tontera, no me interesa ni necesito hacer dinero de esta actividad en la que analizo la coyuntura, no me inclino a favor de ningún candidato, aplaudo lo bueno que hacen y critico sus errores esperando que tomen nota para enmendarlos, ojalá entendieran eso, porque con cada ofrecimiento que vienen a hacerme y que no acepto, me hacen cuestionar mucho su forma de actuar y sus verdaderos intereses.

Ojalá podamos tener un país digno, uno donde se respete a la ley y a las autoridades, uno donde podamos comerciar libremente y no existan ni castigos ni privilegios coordinados por poderes paralelos, uno donde se respete la propiedad privada, la vida, al individuo y la familia, pero eso sólo se logrará cuando esas sean las prioridades y no la de seguir buscando espacios de poder político para unos pocos.