Temor de chairo
Temor de chairo
Observando el cotidiano berrinche, insultos y difamaciones de los mismos sectores de izquierda de siempre, esos pobres y delirantes mitólogos que en nombre de la tolerancia intentan imponer al mundo sus descabellados e incongruentes “valores” a toda costa y por la fuerza, esos autoritarios que decían denunciar el autoritarismo y que mientras dicen pelear por el ciudadano de a pie sirven a los intereses de los grandes capitales internacionales, observándolos, encontré algo muy curioso, su principal motivador, el motor que los impulsa en tan descabellada ruta, es principalmente el miedo.
Creyendo que todos somos cobardes quieren vender el mito de un ejército que cometió actos de genocidio, cuando la orden dada por el estado fue la de defender a los civiles, quieren vender el mito de una sociedad donde todo hombre heterosexual es un peligroso depredador, cuando son el principal motor de la economía, el sostén de miles de hogares y los principales defensores de “los menos privilegiados”, quieren vender el mito de un cataclismo climático cuando es la productividad sostenible el motor que genera el capital que mantiene su activismo, quieren vender miedo, porque tienen miedo…
…miedo de darse cuenta cuan equivocados están, miedo de que su activismo sea exitoso o fracase y se queden sin como pagar las cuentas, miedo de tener que trabajar como el resto de mortales, miedo de quedar al descubierto como manipulados y manipuladores, como ingenuos y mentirosos, miedo de darse cuenta que realmente están solos, porque el cemento de sus relaciones interpersonales son los mitos que crearon, sus descabellados dogmas son el principal factor que los aglutina, y al momento de ser honestos y enfrentar la verdad, saben que serán rechazados por su dogmático círculo de amigos, la verdad más que hacerlos libres, los hará quedarse totalmente solos.
Y mientras ese horror a perderlo todo, desde estatus, amigos hasta su misma realización personal, estos arremeten en contra de todo aquello que amenace las descabelladas narrativas que sostienen su forma de vida, no claudicarán en su delirante emprendimiento porque es lo único que conocen, y en esos cortos momentos de lucidez saben que su legado será verse descubiertos como mercaderes de la desgracia y promotores de la histeria, y si de algo puedo sentirme orgulloso, es de haber aportado a que fueran puestos al descubierto, ese es mi legado.
Y a diferencia de ellos, viendo sus crisis existenciales, viendo cómo cada día que quedan más aislados y solos, no tengo problema en perdonar todo daño que me han causado, eso sí, sin olvidarlo. Prefiero el perdón a la esclavitud del resentimiento y el odio, porque para vivir muerto en vida, hace falta tener temor de chairo.
Un especial saludo a Vicky García Recinos y compañía, que les aproveche, que luego de tanta siembra, serán décadas de cosecha.