Desde la firma de la paz, y la consulta popular donde el pueblo de Guatemala dio un rotundo NO a las condiciones de esa firma de la paz, la discusión de si en este país hubo genocidio aumenta justamente en época electoral, tema que he aclarado hasta el cansancio en Twitter y YouTube, porque para malestar de muchos izquierdas, en Guatemala, lo que la ley describe como el delito de genocidio, no encaja con los hechos acontecidos.
Por supuesto que eso NO importa cuando se trata de hacer negocio sobre vidas humanas o proselitismo político, más si ese negocio desgasta la poca unidad nacional, algo de mucho interés para aquellos caudillos que pretenden mantener este país tan lleno de recursos, sin la capacidad de explotarlos para dejar de ser tercer mundo, eso atenta contra sus intereses, por ello, invierten grandes cantidades de dinero en Organizaciones No-Gubernamentales (ONGs) que disfrazadas de causas loables, promueven la polarización e impulsan la destrucción de todo el tejido social.
Los financistas
Sólo en 2016 y 2017 un grupo de ONGs recibieron $25 millones de dólares, de los cuales $2.2 millones los dio el Open Society Foundations del especulador de la bolsa, George Soros, tema que abordé en un artículo anterior. Soros ha financiado las campañas presidenciales de Obama y Hillary Clinton, las campañas de los principales congresistas y senadores demócratas estadounidenses, es más, ha financiado a la mayoría de fiscales de distrito en todo EEUU, y por supuesto, ha apoyado financieramente a los principales políticos en la Unión Europea, algo que Nigel Farage denunció en el Parlamento Europeo:
Por otro lado, tenemos al CEO del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab, quien en reiteradas ocasiones se ha mofado de tener los gobiernos del mundo infiltrados con “sus juventudes”, socio de George Soros y Bill Gates en diferentes proyectos, especialmente en el Evento 201, el “Ejercicio Pandémico” acontecido el 18 de octubre de 2019, a sólo dos meses del primer caso de COVID reportado en EEUU.
Los actores locales
Ya conociendo a los financistas, es de recordar que aquí en Guatemala hemos tenido a actores que se han prestado para vender la patria con discursos de victimización, empezando por una Helen Beatriz Mack Chang quien afirma sin evidencia contundente, que el estado mató a su hermana, a pesar de que en el libro “Las huellas de Guatemala” de Gustavo Porras se expone que el autor de su muerte fue otro guerrillero apodado “la llegua”. Según el portal de transparencia Guatecompras, Helen Mack fue parte de la ONG, Fundación Soros Guatemala, junto a Dina Fernandez Garcia De Vega del medio Soy502, el difunto Ricardo Stein Heinemann quien asesoró a la difunta y corrupta CICIG, fue parte del PNUD que realizó el cateo ilegal a casa presidencial y que impulsa los Objetivos de “Desarrollo Sostenible”, Luis Fernando Carrera Castro quien ha sido embajador de Guatemala en la ONU, parte de UNICEF y del ICEFI, Juan Jose Fernando Morales Ruiz quien ha trabajado como consultor de USAID y el Banco Mundial, René Eduardo Poitevin Dardón quien ha trabajado para la ONG de izquierda FLACSO y el PNUD.
La Fundación Soros Guatemala financió un sin número de proyectos para impulsar la victimización y “luchar por los derechos humanos”:
La victimización es parte de la estrategia de acción-reacción-solución, y casi siempre la solución termina siendo más acuerdos internacionales que socavan nuestra soberanía, el analista y comunicador republicano, Dinesh D’Souza, realizó un excelente análisis de la farsa que ha sido otra actora que socava nuestra soberanía, Rigoberta Menchú:
La CIDH
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) es un órgano de la Organización de los Estados Americanos (OEA) creado, supuestamente, para promover la observancia y la defensa de los derechos humanos, además de servir como órgano consultivo de la OEA en esta materia.
Las siete personas que integran dicha comisión, NO son electas popularmente, sino que son elegidas por la Organización de los Estados Americanos (OEA), así es, la misma OEA que tiene sus oficinas en Washington DC, frente al La Elipse o Parque Presidencial Sur de la Casa Blanca, a 3 minutos de la Casa Blanca… ¿Hace falta saber más?
Injerencia de la CIDH
A pesar de que Guatemala es una República con una democracia representativa, una donde los ciudadanos delegan su soberanía mediante el voto para ser representados local e internacionalmente, a pesar de que tenemos un Código Penal y una Constitución con garantías para los guatemaltecos, debido a acuerdos y tratados internacionales que están debajo de la Constitución Política de la República de Guatemala, la CIDH ha intervenido en diferentes asuntos internos del país, llegando al colmo de injerir en la propia legislación nacional, algo totalmente inaceptable.
Recientemente, el jueves 20 de abril, la CIDH emitió un oficio solicitando a La Sala Primera de la Corte de Apelaciones de Guatemala, integrada por la presidenta Anabella Esmeralda Cardona Cámbara y los vocales Mynor Antonio Oxom Paredes y Marvin Fradique Reyes Lee, desobedecer lo estipulado por la Corte de Constitucionalidad de Guatemala, que permitiría velar por los derechos humanos a los militares retirados Manuel Callejas, Benedicto Lucas y Francisco Gordillo dándoles una la medida sustitutiva de prisión domiciliar en vez de la prisión preventiva que ha sido tan abusada, es de tener en cuenta que bajo presión del Embajador de EEUU, Luis Arreaga, estos militares en condición de retiro fueron condenados, sin destruir su presunción de inocencia, en el caso Molina Theissen.
Considerando que los magistrados y vocales de la Sala Primera de Corte de Apelaciones juraron defender y hacer cumplir la Constitución Política de la República de Guatemala, considerando que esta prevalece ante todo tratado internacional, considerando que la Corte de Constitucionalidad es el ente de consulta y corte más alta del país… ¿Por qué estos magistrados no acatan la ley nacional?
¿Cuál es el poder coercitivo de la CIDH en Guatemala? Porque sin ley no hay pena, y viceversa. ¿Por qué como guatemaltecos seguimos acatando decisiones foráneas?
Toca ser congruentes
En reiteradas ocasiones sectores conservadores de derecha y “derecha” se expresan en contra de los fallos de la CIDH, los cuales son sin lugar a dudas, una injerencia directa ante la soberanía y voluntad popular de naciones soberanas, porque NO decide el pueblo, NO decide Guatemala, deciden un grupo de burócratas que sin lugar a dudas manejan una agenda controlada por los actores mencionados al inicio de este artículo, sin embargo, toca ser congruentes a la hora de expresar nuestro repudio a estas injerencias, y no sólo cuando conviene:
Si estos organismos tienen poder sin ser electos, es porque muchos solapan sus fallos cuando les conviene, sin poder coercitivo, sólo son opiniones foráneas sin mayor valor, algo que han puesto en evidencia otros países que han salido de la CIDH y OEA, pero insisto, toca ser congruentes, no se puede tener el sol en la mano y la sombra en el suelo, no se puede estar en misa y repicando.
Lamento muchísimo lo que le acontece a los héroes que evitaron que Guatemala cayera en las manos de comunistas, lamentablemente, aquellos que dicen salvarlos cada cuatro años, están en la cama con sus mismos verdugos, ojalá se dieran cuenta, a la larga, sólo los ordeñan, porque de ser serios, hace ratos hubieran puesto en su lugar a la CIDH y la OEA en vez de pedirles auxilio.