Iniciando este 2021 escuchamos a muchos con las mismas repetitivas ideas estúpidas que no van a ningún lugar, cosas como “hoy sí voy a bajar de peso, a empezar la dieta” o “ahorita me inscribo al gimnasio”, y en cuestión de un par de meses, ya en la famosa Semana Santa, la idea queda enterrada, y si bien celebro que exista gente que realmente tiene compromiso y lo logra, no dejo de ver estúpido a aquellos que lo viven repitiendo año con año como una clase de rito, sin embargo, hay peores ideas estúpidas que al día de hoy, siguen vendiéndose como populares, acá algunas de ellas:
- Subamos el salario mínimo: Todos quieren más dinero, o como dice el viejo refrán “hacer menos y ganar más”, sin embargo, el subir el salario NO resuelve los problemas, sólo los empeora, porque una vez suben por decreto los salarios, el sector productivo se ve obligado a buscar cómo amortiguar ese gasto para que salgan las cuentas, y lo hace subiendo los precios, en ocasiones, con un margen más alto, al final del camino, se tiene más dinero, pero alcanza para menos.
- Pongamos un precio límite a ciertos productos y/o servicios: A todo consumidor la idea de poner por decreto un precio límite a productos o servicios suena muy atractivo, más si son productos o servicios esenciales o básicos, sin embargo, en la práctica lo único que se logra es desincentivar la competencia, y por ende, acabar con un mercado, generando un monopolio, porque sólo aquellos tan grandes como para dar un gran volumen podrá reducir sus costos sin salir perdiendo.
- Esto debe ser regulado por la seguridad del consumidor y/o el público: La regulación de productos, servicios y mercados enteros es algo así como la sal, excelente para darle un poco de sabor, pero demasiado y arruina las cosas. Si bien deben existir estándares, demasiada regulación sólo genera corrupción y abuso al consumidor por parte de un estado destinado a corromperse, y a la larga, como bien dice el refrán: “En arcas abiertas, hasta el justo peca”, una vez el estado tiene el poder de decidir quién puede y quién no hacer algo, es este el que recibe los millonarios sobornos de quienes no van a respetar la ley, como dijo Benjamin Franklin: “Aquellos que renunciarían a una libertad esencial, para conseguir un poco de seguridad momentánea, no merecen ni libertad ni seguridad”.
- Impuestos a ricos para ayudar a pobres: Otra de esas ideas que suenan geniales cuando se es ignorante de cómo funciona el mundo, una idea digna de los cuentos de hadas, el estado se convierte en Robin Hood, sin embargo, en la práctica, los ricos, aquellos que compiten entre ellos para mantenerse siendo ricos, aquellos que NO dependen de dinero que se devalúa en un banco sino de mantener su inversión generando ganancias, al ver una amenaza a este crecimiento, simplemente cierran operaciones en el país que los pretende regular y/o poner impuestos y buscan otro país donde puedan operar con mejores márgenes, al final del camino, la idea sólo deja a países sin inversión y capital, y el dinero que supuestamente iba a darse a los pobres, ya sea en efectivo o con educación, salud y demás, termina siendo consumido o robado por el estado, como pasó en Cuba, Venezuela, bueno, está pasando hoy mismo en California, estado del cual los millonarios salen huyendo ahora.
- Votemos por este candidato porque tiene mi ideología: Esta es tal vez la idea más estúpida que pueda existir, habiendo compartido con algunos de los “genios” del mercadeo político, puedo decirles con toda certeza, políticos con valores e ideología definida, que entren al ruedo electoral con el fin de implementar soluciones con base ideológica, son como los unicornios, sólo existen en cuetos de hadas. La realidad es que el político promedio va a decir lo que la mayoría quiera escuchar, algunos hasta encontraron negocio haciéndolas de oposición, sabiendo que van a perder, porque de ello cobran una comisión al partido de oposición, y los votos que reciben, son pagados, doble ganancia. La ideología se ve en la trayectoria del candidato, en las personas con las que se rodea, en la curricula de cada uno de ellos, su gabinete, y saliendo de las clásicas utopías creadas por la izquierda, no se vota por el candidato perfecto porque no existe, se vota por aquel que defienda los intereses del pueblo, quien le delegará su soberanía.
En fin, pudiera amanecer acá colocando ideas estúpidas que han fracasado una y otra vez, desde el socialismo que busca el comunismo, hasta la clásica de “pegame pero no me dejes”, sin embargo, este 2021 pretendo no repetirme de nuevo, así que acá el primer artículo del año, que este 2021 sea de éxitos y que las ideas estúpidas sean finalmente sepultadas.